Terapia de Presión Negativa
La Terapia de Presión Negativa aumenta la perfusión sanguínea local, creando nuevos vasos (angiogénesis), y estimulando así el tejido de granulación.
Al retirar el exudado de la lesión, así como el fluido intersticial, ayuda en la reducción del edema, y la inflamación por lo que permite a la lesión poder avanzar en el proceso de cicatrización.
Al ser un sistema cerrado evita la entrada de contaminantes (patógenos en la lesión), a la vez que genera un medio húmedo
El estrés mecánico de la propia succión sobre las células altera su proliferación, incrementando los niveles de los factores de crecimiento endoteliales, así como de los fibroblastos; viéndose reducida la acción de las metaloproteinasas.
Además de todo lo anterior, la TPN actúa directamente promoviendo la contracción de la lesión.